Aporte del Hno. Jorge Rodriguez, Cubuy, PR [Tratado evangelisitico impreso]
La “iglesia” está en un sueño del cual no tiene interés en despertar. Es como si un letargo invadiera nuestros cuerpos y también el alma. La zona de comodidad nos mantiene en un reposo del cual no queremos volver; de ese sueño dañino que mantiene la “iglesia” con las rodillas paralizadas. ¿Qué estamos haciendo para combatir este mal, que afecta la “iglesia” del Señor? ¿Pensamos que, con solo reunirnos un par de veces por semanas, es suficiente para agradar a Dios? Muchos viven recostados del nombre que los identifica como cristiano, aunque este sea solo de nombre. ¿Será que no hay motivación ni compromiso? O ¿Será que nos avergonzamos del evangelio? Dios quiere un pueblo diligente! que sea capaz de dar la milla extra, que nos lleve a alcanzar la meta de nuestra salvación y también la de los demás.
Los días cada vez son más peligrosos y debemos asirnos de la palabra de Dios para lograr esa meta que andamos buscando. Muchos cristianos agradecen tener líderes vagos y sin ninguna iniciativa, para tener las excusas que les satisfacen. A muchos les conviene que sus líderes sean tan perezosos como ellos. Pero también a los líderes vagos, les conviene tener una feligresía en estado comatoso, para no tenerlos que revivir, sino que sean tal cual son ellos. Muchos líderes no mencionan nada que tenga que ver con trabajo alguno. Quieren mantener esa vida de completa comodidad. No quieren que nadie los moleste! que se haga el menor ruido posible! no sea que alguien les eche a perder el sueño! A muchos les pesan los años, pero antes que los años cronológicos, ya hacía mucho tiempo le pesaban los años espirituales.
Aquellos que tienen que dar cuentas a Dios como líderes, deben cuidarse de ser vagos, después de haber aceptado el ministerio que Dios les ha entregado. Un mal líder, es peor que no tener ninguno. ¿Despertará la “iglesia” algún día? O ¿Será demasiado tarde para despertar? Las comodidades del siglo presente han minado la espiritualidad de muchos cristianos. Dijo el apóstol Pablo:
Rom 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
¿Se agradará Dios de nuestro trabajo? ¿Será suficiente con solo reunirnos unas horas a la semana? Cada cristiano debe hacerse estas preguntas y a través de la palabra de Dios, debe comprobar si su trabajo es aceptado en la iglesia. Muchos otros, adoran las paredes que los cercan y los separan del mundo secular; viviendo secuestrados entre esas paredes que le limitan su expansión. Cada día la “iglesia” adolece de iniciativas y cuando ven alguna que pudiera surgir, se esconden para no apoyar esas ideas que los pudiera sacar de su anhelada zona de comodidad. Si acaso tienen que opinar al respecto, siempre traen a la mesa un problema de esa idea, pero nunca una solución o mejora.
En verdad, quisieran que la gente acepte al Señor, pero sin ellos tener que hacer nada! Quisieran que vengan solos, y que al final se les unan al “sueño eterno de los justos” y que también sean indiferentes al mundo impío.
La “iglesia” camina con pies pesados para hacer el menor ruido posible. ¿Serán esos los pies hermosos de la cual hablan las Escrituras?
Rom 10:15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
Más bien, estos pies pasados, son feos ante la presencia de Dios! Una congregación que no predica, está destinada a desaparecer. Hermanos, no dejes que las bendiciones materiales se interpongan frente a las bendiciones espirituales. Estas en peligro!! Despierta! Pensemos en nuestros hijos, ¿Qué “iglesia” encontraran? ¿Debemos prepararnos? Claro que sí!, pero también debemos practicar lo que estudiamos. Debemos vivir lo que aprendimos! ¿De que nos sirve aprender si no vamos a enseñar?
El ser humano, es adaptable al medio en el que se desarrolla. Si los líderes religiosos no hacen nada, pues nosotros tampoco hacemos nada! Pero la responsabilidad no es solo de los líderes. También lo es de la feligresía. Esta debe reconocer cuando al líder le ha llegado su tiempo de pasar el bastón a la próxima generación. Los líderes no son eternos. Un líder que ama la grey y guarda los mandatos de Dios, debe reconocer cuando llega su momento. Esta es la humildad de los hombres de Dios que ponen la iglesia en primer lugar.
Si a la “iglesia” donde asistes, está durmiendo, comienza a hacer ruido hasta despertarla. No temas en gritar a los cuatro vientos que la “iglesia duerme”, ayudemos a despertarla antes de que mueran o antes de que Dios nos pida cuentas a todos. Recuerda, todos somos responsable de estar en este letargo espiritual, pero todos también somos responsables de despertar. Si tienes ideas que piensas que puedan ayudar a la “iglesia” a despertar, compártelas! Escribenos! Contagiemos a los demás con el gozo del Espíritu Santo! No apaguemos el Espíritu!
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